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jueves, 25 de abril de 2019

NUESTRA PRINCIPAL HERRAMIENTA: LA COMUNICACIÓN
Muchas veces la causa de los conflictos familiares se encuentra en una comunicación deficiente. Los niños no nacen sabiendo cómo expresar sus pensamientos y sentimientos de forma apropiada. Hay que enseñarles a expresarse y a escuchar a los demás. A menudo, también los padres necesitan mejorar sus habilidades comunicativas.
Es obvio que la manera de comunicarse define las relaciones entre las personas. La comunicación es el hilo emotivo que nos une con los demás. Por eso, hablaremos hoy de las características de una comunicación adecuada entre padres e hijos adolescentes.
¿CÓMO NOS COMUNICAMOS?
La comunicación consta tanto de mensajes verbales como no verbales:
  • Los mensajes verbales: las palabras, lo que queremos decir, lo objetivo.
  • La comunicación no verbal: los gestos, el lenguaje corporal, cómo lo decimos. Transmite sentimientos y emociones, lo subjetivo. Su variedad es muy amplia y diversa:
–          la expresión facial
–          la mirada (directa, esquiva,…)
–          la postura corporal (la manera de sentarse, de permanecer de pie o de caminar)
–          los gestos de las manos
–          la proximidad o la distancia que se mantenga respecto de la persona con que se está hablando, la utilización del espacio personal, el contacto físico…
–          la orientación del cuerpo respecto del interlocutor (de frente, ladeado, de espaldas)
–          el tono de voz (tranquilo, agresivo, etc)
–          el ritmo, la velocidad del habla, las pausas
–          el mismo silencio…
El comportamiento no verbal resulta imposible de ocultar, no se puede evitar enviar mensajes a través de la cara o el cuerpo. Es imposible no comunicarse, especialmente en educación. Siempre comunicamos más de lo que pretendemos. “El cuerpo dice a menudo lo que las palabras no quieren o pueden decir”.
Pero la comunicación verbal y la no verbal no siempre van unidas. A veces decimos una cosa con palabras y, al mismo tiempo, otra distinta con gestos. Por ejemplo, el niño me quiere contar algo y le digo “te escucho”, dándole la espalda, continuando con lo que estoy haciendo y sin mirarle ala cara. O cuando estoy riñendo al niño porque está hablando mal de su hermano, pero sonrío ligeramente porque lo que ha dicho me ha parecido gracioso. O cuando le digo que no se preocupe con la voz rota por la emoción.
Este “doble mensaje” puede entorpecer mucho la comunicación, ya que crea en el otro perplejidad e incomprensión. Muchos estudios indican un mayor número de problemas en la comunicación y la dinámica familiar cuando existen discordancias entre los mensajes verbales y los no verbales, ya que puede dar lugar a ambigüedades y malentendidos.
Por eso es fundamental INTERPRETAR TODO EL MENSAJE, el verbal y el corporal:
  • Los mensajes se reciben por las dos vías del lenguaje: las palabras y el lenguaje del cuerpo. El 90% de la comunicación emocional es no verbal.
  • Debemos estar atentos al lenguaje corporal: las palabras hablan de hechos; los músculos, el tono de voz, mi cuerpo,…de sentimientos, de lo que sentimos acerca de esos hechos objetivos.
  • Cuando exista inconsistencia entre ambos tipos de mensaje, el mensaje que más impacta, el que se nos quedará grabado será el no verbal. “Más vale un gesto que mil palabras”.
  • Sólo nos comunicamos bien cuando el mensaje verbal coincide con el no verbal, cuando transmitimos lo mismo con lo que se dice y con lo que se hace.
ESTILOS DE COMUNICACIÓN
Todos nos comunicamos de una determinada manera, tenemos nuestra forma particular de comunicar.
Hay tres formas básicas de comunicación:
  1. Comunicación inhibida o pasiva
  2. Comunicación agresiva
  3. Comunicación asertiva
Comunicación inhibida o pasiva:
  • Son personas retraídas, tímidas, con baja autoestima, poco comunicativas.
  • No dicen nada cuando algo les molesta, evitan dar su opinión por miedo a lo que pueda pasar.
  • Cuando dicen algo, lo hacen de manera indirecta, mediante un rodeo inseguro, por miedo a molestar a los demás o a sentirse ridículos.
  • No defienden sus derechos, dejan que se aprovechen de ellos, ceden a los deseos de los demás y se dejan manipular.
  • Se sienten frustrados e insatisfechos consigo mismos. Sienten que no tienen el control, pierden oportunidades por no decir lo que quieren, nunca consiguen hacer lo que realmente quieren, dejan a los demás elegir por ellos.
  • Conducta no verbal: Cara poco expresiva. Parece triste o asustado. Poco contacto ocular o mirada esquiva. Postura cerrada o hundida (hombros encogidos, cabeza hacia abajo). Movimientos rígidos e inquietos, se retuerce las manos. Voz baja, con constantes silencios. Tendencia a alejarse del interlocutor.
  • Conducta verbal: Tono vacilante (quizás…, supongo…, bueno, tal vez,…no te molestes…, no, si en realidad no es importante…tienes razón…), volumen de voz baja, habla poco fluida, constantes silencios, parásitos verbales (ejem…, eh…esto…).
Comunicación agresiva:
  • Son demasiado espontáneos, hablan sin pensar y pueden resultar bruscos o agresivos.
  • Son personas con un enfado casi constante, están a la defensiva.
  • Se relacionan con los demás para conseguir lo que desean, no se preocupan por los derechos ajenos.
  • Mandan e intimidan a los demás. Critican, humillan, utilizan el sarcasmo o el insulto.
  • Siempre quieren tener la razón y siempre quieren tomar ellos las decisiones.
  • Conducta no verbal: Expresión enfadada, ceño fruncido, mirada fija y desafiante, muy erguido, hombros y cabeza hacia atrás, tensión corporal, movimientos y gestos exagerados o amenazantes, invade nuestro espacio.
  • Conducta verbal: Volumen de voz elevado, habla deprisa, sin escuchar, interrumpe a los demás, impone y amenaza (yo quiero…, tienes que…, harías mejor en…ten cuidado si no lo haces…no tolero que…).
Comunicación asertiva:
  • Se comunica bien con los demás, sabe expresar de forma directa y adecuada sus sentimientos, sus deseos y sus opiniones, sin imponer, ofender o perjudicar a la otra persona.
  • Es considerado, respeta los derechos del otro y tiene en cuenta su forma de sentir y de pensar.
  • Es socialmente alegre, expresivo, cooperativo y participativo.
  • Está seguro de sí mismo.
  • Conducta no verbal: Expresión tranquila y amable, postura abierta y relajada, orientado hacia el otro, asiente e indica interés por lo que le contamos, contacto ocular directo, habla fluida, gestos tranquilos y pausados.
  • Conducta verbal: Voz firme, segura, sin titubeos, mensajes en 1ª persona (yo opino…, yo pienso…, yo siento…), respeta la opinión de los demás (¿qué piensas de…?,¿qué te parece si…?). Nos está diciendo “somos iguales, pero esto es lo que yo pienso, respeto tu opinión, pero yo veo así la situación,…”.
Los padres deberán practicar su asertividad y enseñar al adolescente a desarrollar y practicar la suya, ya que la asertividad conlleva beneficios en la comunicación familiar:
  • Nos ayuda a prevenir conflictos en la convivencia diaria, ya que potencia la autoestima, la seguridad y confianza en nosotros mismos, procurándonos un buen funcionamiento en relación con los demás.
  • Previene la agresividad y el autoritarismo como único modelo de resolución de conflictos, desarrolla el respeto y la capacidad personal para enfrentarse a los momentos difíciles en nuestra relación con los demás.
  • Nos ayuda a enfrentarnos a situaciones conflictivas o problemáticas como expresar disconformidad con el hijo, hacerle una crítica para corregir una conducta inadecuada o decirle que no a algo.
HABILIDADES DE COMUNICACIÓN POSITIVA: MANUAL DEL ABRIDOR DE OSTRAS
Existe una serie de conductas verbales y no verbales que resultan facilitadoras de la comunicación y otras que funcionan como obstáculos en la misma, que harán que la persona se cierre a lo que le estamos diciendo o, incluso, que se desencadene una discusión.
“Cierraostras”: obstáculos en la comunicación
  1. Objetivos contradictorios.
  2. El lugar elegido: en público, delante de los amigos,…
  3. El momento elegido: intentar hablar con el adolescente en un momento de rabia, estrés,…en un estado emocional que le impide atender, comprender y recordar lo que le estamos diciendo.
  4. Las acusaciones, las amenazas y las exigencias: los “mensajes tú” (tú has provocado esto, (tú) te vas a enterar de lo que es bueno, (tú) tienes que hacer esto,…).
  5. Las preguntas de reproche.
  6. La ironía.
  7. Los “deberías” (deberías aprender de tu hermano, deberías escuchar antes de hablar,…).
  8. Las etiquetas (eres un vago, eres un manazas,…).
  9. Las generalizaciones (siempre estás haciendo de rabiar a tu hermano, nunca obedeces, no se puede hablar contigo,…).
  10. Las continuas referencias a situaciones pasadas (ya estás igual que hace un mes…, la otra vez hiciste lo mismo…).
  11. Juzgar y hacer “diagnósticos de personalidad” (por culpa de ese carácter que tienes te pasa esto, con esa actitud no tendrás amigos, así no llegarás a ninguna parte…).
  12. Dar consejos no pedidos, tomar sus decisiones.
  13. Adivinar lo que el otro va a decir: “Ya sé lo que me vas a decir, no te molestes,…”.
  14. Hablar “en chino”, con términos que la otra persona no entiende.
  15. No concretar, hablar de manera abstracta, general o superficial.
  16. Justificar excesivamente las propias posiciones (“no estás siendo justo, no me estás escuchando, yo hice eso porque…”).
  17. Las afirmaciones radicales, del tipo todo o nada, blanco o negro.
  18. Responder a una queja con otra, sin intentar solucionar la situación.
  19. Los mensajes inconsistentes con la conducta no verbal o con otro mensaje anterior.
  20. No admitir el punto de vista de la otra persona o no reconocer cuando lleva razón.
  21. No responder a todo lo que se nos pregunta o hacerlo con monosílabos.
  22. Los cortes de conversación, porque estoy más atento a lo que quiero decir que a escuchar al otro.
  23. Evitar determinados temas de conversación, desviar el tema.
  24. Permanecer pasivo en la conversación, sin opinar, preguntar o asentir.
  25. Ignorar lo que dice la otra persona, mostrar desinterés, NO ESCUCHAR.
Abreostras”: facilitadores de la comunicación
  1. El lugar y el momento adecuados. Clima seguro y relajado para que las dos partes se expresen.
  2. Estados emocionales facilitadores (las dos personas se encuentran calmadas para hablar).
  3. La escucha activa, escuchar con atención.
  4. Empatizar, ponernos en su lugar.
  5. Hacer preguntas abiertas: “¿qué tal te va?”, “¿cómo te sientes?”, “¿necesitas ayuda?”, “¿cómo puedo ayudarte?”, “¿quieres contarme algo…?”.
  6. Pedir la opinión (“¿Qué se te ocurre que podemos hacer?”, “me gustaría conocer tu opinión sobre esto”, “qué te parece si…”,…).
  7. Expresión de deseos, opiniones y sentimientos: los “mensajes yo” (“me gustaría…”, “no deseo que…”, “cuando haces eso me siento…”).
  8. Hablar claro. Describir los hechos concretos, evitando etiquetar y hacer juicios de intenciones. En lugar de “eres un vago”, “te levantas desde hace ya varias semanas a la hora de comer”. Diremos “me has dicho 10 veces que soy una mala madre” en lugar de “quieres acabar conmigo”.
  9. Sustituir el verbo ser por estar. Ej: en lugar de “eres un desordenado”, “tu habitación está desordenada”. De esta forma no atacamos la autoestima del niño, sino que le señalamos la conducta incorrecta.
  10. Mensajes consistentes.
  11. Aceptación o acuerdo parcial con una crítica, una objeción o un argumento.
  12. Utilizar el mismo código, adaptar mi lenguaje al del adolescente.
  13. Ser recompensante.
  14. Recordar RECIBIRLA TOTALIDAD DELMENSAJE.Aprender no sólo a percibir auditivamente, no sólo lo que dice, sino también cómo lo dice. Demostrar que entendemos no sólo lo que dice sino también lo que siente.
Veamos más detenidamente algunos de estos “abreostras”.
LA ESCUCHA ACTIVA
¿En qué consiste?
  • Dar a entender, con nuestro lenguaje verbal y no verbal, que estamos escuchando lo que nos dicen, haciendo sentirse mejor a la otra persona y fomentando que siga hablando. Le hará sentirse no sólo escuchado sino comprendido.
¿Cómo se pone en práctica?
Con gestos:
  • Postura corporal receptiva.
  • Mirando a los ojos.
  • Moviendo la cabeza con gestos de asentimiento.
  • Usando un tono y un volumen de voz suaves.
  • Dedicándole tiempo, sin prisa.
Con palabras:
  • Indicando que se está atendiendo a lo que dice la otra persona: “ya veo”, “ajá”, “entiendo”, “¡qué interesante!”, “¿en serio? ¿eso te pasó?”, “cuéntame más”, “¡no me digas!”…).
  • Parafraseando o utilizando expresiones de resumen: “Si no he entendido mal…”, “o sea, que lo que me estás diciendo es que…”.
Evitando:
  • Interrumpir al que habla.
  • Hacer otra actividad mientras el otro habla.
  • Minimizar sus sentimientos o sus problemas: “Venga, que esto no es nada…”. Una respuesta común es “ojalá mis problemas fueran así de pequeños“. Pero los padres deben saber que, para cada edad, los problemas tiene una significación distinta. Los problemas de nuestros hijos adolescentes son realmente muy importantes para ellos.
  • Ofrecer ayudas o soluciones prematuras.
  • Juzgar.
  • Contar nuestra historia.
“Escuchen más a sus hijos, hablen menos”.
ESCUCHAR LOS SENTIMIENTOS: LA EMPATÍA
¿En qué consiste?
  • Escuchar activamente los sentimientos y emociones de los demás tratando de meternos en su pellejo.
  • Empatizar no significa necesariamente dar la razón, sino más bien demostrar a la otra persona que comprendes sus sentimientos.
¿Cómo se pone en práctica?
  • Observando y escuchando lo que dice con el cuerpo, la cara, los gestos…
  • Con gestos: Manteniendo contacto visual y adoptando una expresión facial apropiada a los sentimientos que transmite el que habla.
  • Con palabras: “Entiendo que tendrás tus razones para sentirte así”, “parece que eso es muy importante para ti”, “comprendo que te haya afectado”, “yo en tu lugar me hubiera sentido igual”,”ya sé que no te gusta lo que hemos decidido tu padre y yo”…
“Quien no comprende una mirada de un niño, tampoco entenderá lo que le está contando”.
LOS “MENSAJES YO”
¿En qué consiste?
  • Son mensajes que, como su nombre indica, se envían en 1ª persona, se refieren a uno mismo.
  • Consiste en centrarse en nuestros sentimientos a la hora de hablar de un problema, sin juzgar al otro.
  • Al contrario que el “mensaje tú”, no recrimina o reprocha la conducta de los demás.
¿Cuándo ponerlo en práctica?
  • Nos facilitan la expresión de diferencias y desacuerdos. Es decir, nos van a ser útiles a la hora de resolver discusiones y conflictos familiares, ya que tienen menos posibilidades de provocar resistencia y rebeldía.
¿Cómo se pone en práctica?
  • Describir la situación o el comportamiento que me molesta o me crea problemas, sin juzgar al otro: “Cuando ayer hiciste…”, “Estando…”.
  • Expresar sentimientos: “Me siento…”.
  • Pedir un cambio, expresar deseos: “Quiero que...”.
Recordar no hacerlo de forma general: “quiero que seas más educado”, “quiero que me respetes” “quiero que no seas vago”; en lugar de eso, diremos “quiero que quites los pies de mi mesa”, “quiero que cuando hablo me mires a los ojos y contestes a lo que te pregunto”, “quiero que estudies tres horas diarias”.
Ejemplo 1:
  • Inadecuado: “Pero bueno, ¿tú eres tonto o qué?, ¿qué quieres, que te castigue todo el mes o qué?, ¡haz el puñetero favor de hacer lo que te he dicho y venir en el autobús de las 9! ¡Hombre, por favor, el crío, que se ha creído! ¡Y no le pidas a tu padre venir más tarde porque ya lo hemos hablado! A ver si te crees que nos vas a tomar tú el pelo…”.
  • Adecuado: “Cuando me pides volver a las 10, y tú padre y yo ya te habíamos dicho que volvieras a las 9 (descripción sin evaluación), me disgusta, me sienta mal que vuelvas a insistir(expresión de sentimientos). Por favor, vuelve a la hora que te hemos dicho (expresión de deseos)”.
Si nos parece adecuado, podemos también anticipar ventajas de lo que pedimos (así mañana podemos levantarnos pronto e ir al pueblo…mañana tenemos mucho que hacer y tú tienes que estudiar…) o adelantar inconvenientes de no cumplir lo mandado (si vienes tarde, tu padre y yo te castigaremos sin salir el domingo…te dejaremos sin paga…).
Ejemplo 2:
  • Inadecuado: “No se qué pasa contigo, estamos a jueves y tú con el cuarto sin recoger, pasando de todo, ¿es que no te da la gana de hacerlo o qué? ¡Tenías que haberlo recogido ayer! ¿No ves que no se puede ir así por la vida?”.
  • Adecuado: “Cuando me dices que vas a recoger tu cuarto el miércoles y llega el jueves y no lo has hecho…yo, de verdad, me siento incómodo por tener que recordártelo…me molesta que no hayas cumplido tu obligación…por favor, cumple lo pactado y recoge hoy tu habitación”.
SER POSITIVO Y RECOMPENSANTE
¿En qué consiste?
  • Es la habilidad de motivar.
  • Es expresar reconocimiento, reforzar verbalmente, destacar conductas que nos agradan en el otro, lo que hará más probable que se repitan en el futuro.
¿Cómo se pone en práctica?
  • Utilizando expresiones positivas“me gusta cómo has…”, “te felicito por…”, “¡jo, que bien…!”, “yo sabía que serías capaz de…”, “estoy muy orgulloso de ti por…”.
  • Debe ser oportuno para no caer en el halago fácil o el “colegueo”, utilizándolo en el momento apropiado.
  • Conviene no exagerar, tiene que ser sincero.

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